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Es un conjunto industrial deseñado por el arquitecto Miguel Odriozola. En el diseño de estas estructuras, Dieste aplicó componentes y sistemas ya utilizados en obras anteriores.

El espacio de producción está cubierto con bóvedas dobles autoportantes, a las que luego se añadieron otra dos, apoyadas en columnas, con 24.38 metros de luz libre entre apoyos, con tensores a la vista y 50 metros de largo, para cubrir 5.000 m2. Los muy atractivos voladizos de las bóvedas, de 12.85 metros, en la fachada delantera son utilizados como cubierta para el estacionamiento de automóviles y en la posterior han sido incorporados al área útil de la planta.

Una pared de doble curvatura destaca en la fachada principal, sin compromiso funcional, ni en el exterior ni el interior, con lo cual constituye uno de los pocos gestos escasamente racionales en la obra.

Una escalera externa exenta permite el acceso al área de observación desde la altura de un segundo nivel, pues el edificio fue diseñado para recibir visitas sin que se altere el funcionamiento regular de la empresa. Para ello el arquitecto diseñó un pasillo cerrado con vidrios que permite recorrer internamente la edificación sin riesgo de contaminación de los productos.

Al estar ubicado en una colina verde en medio de un campo rural, el conjunto incorpora armoniosamente la verticalidad de la torre y la horizontalidad de la factoría. El conjunto es un idílico recordatorio de los primeros ejemplos fabriles en tiempos de la revolución industrial, en los cuales campo y mecanización conviven.

Colaboraron en el proyecto de estructuras los ingenieros Gonzalo Larrambebere y Walter Vilche.

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