
PROYECTO EDUCATIVO DIESTE







Se trata de la edificación más significativa del ingeniero en cuanto a manejo de luz y espacio. El proyecto surgió como consecuencias del incendio del templo original de finales del siglo XIX (la nave central era de 1898). El cuerpo de acceso y la torre central, culminada en 1920, permanecieron sin daños.
La propuesta de Dieste buscó la creación de una nave única, en la cual se entendieran espacialmente las naves laterales mediante la disminución de su altura. La idea se logró mediante la conformación de una lámina cuya plegadura actua como viga corrida y sostiene la cubierta a dos aguas de la nave central.
Una torre de luz invertida en el presbiterio genera especial luminosidad sobre el altar, mientras que dos ranuras a lo largo de la parte superior de las naves laterales hace “flotar” la cubierta de la nave central y enfatizan la perspectiva. En el coro, se construyó un rosetón de ladrillos armados que se mantiene casi en el aire, conectado con varillas de acero, gracias al equilibrio entre esfuerzos de tensión y compresión.
Es una obra significativamente diferente a la mayoría de los trabajos de Dieste, dado que trabajó con láminas plegadas pretensadas, de ladrillo armado de 8 centímetros de espesor. Su intersección dirige la carga a los muros laterales reforzados para ello. La extensión de las cubiertas bajas es eclipsada por el manejo lumínico.
A pesar de no ser una de las obras más atrevidas estructuralmente es posiblemente una de las que ejerce mayor impacto en el público. Es, junto con la iglesia del Cristo Obrero en Atlántida, el edificio más fotografiado, visitado y reportado de la obra de Dieste, tanto en artículos de prensa como en libros especializados. El rosetón se ha convertido en ícomo de la obra de Dieste y es reconocido como una obra de arte en sí mismo.
El área cubierta es de 800 m2; la luz libre transversal es de 26 metros y la longitudinal es de 32 metros.
Colaboraron el ingeniero Raúl Romero y el arquitecto Alberto Castro.